POLÍTICA

P: ¿No tenía Hitler las mismas ideas?
Bueno, si se refieren a las medallas a la maternidad y a las guarderías como bodegas llenas de bebés destinados a la guerra y la industria, o a la prohibición del aborto, o a la esterilización obligatoria de los indeseables, o al genocidio, entonces la respuesta es simplemente no.
Hitler ni siquiera era vegetariano, como decía su propaganda.

P: ¿El VHEMT apoya la política china de tener un solo hijo? La política poblacional del actual gobierno chino no es compatible con la perspectiva del VHEMT por dos razones principales: la política no es voluntaria y aun un hijo es demasiado. A las parejas se les anima para que tengan un solo hijo, en vez de ninguno.
Una política tan drástica como la que China aplica podría necesitarse en el futuro si no disminuimos pronto las tasas de natalidad pronto voluntariamente. Aquellos que apoyan la política de un hijo argumentan que es mejor negar el derecho de procrear más de una vez que permitir el nacimiento de niños que sufrirán lenta y dolorosamente por mala alimentación. Los detractores argumentan que para los pueblos agrarios es tradición procrear sus propios esclavos y tener hijos para la buena suerte.
Para no tener que crear un plan adecuado de pensiones, el gobierno chino ahora permite que aquellas parejas donde ambos son hijos únicos tengan dos hijos. Estos pequeños no tendrán que hacerse cargo de muchos mayores conforme el esquema piramidal se revierta.
La planeación coercitiva china de las últimas dos décadas ha disminuido el crecimiento poblacional a 10 millones anuales, y ha evitado que a sus actuales 1.260 millones se añadan 300 millones más. Su meta es detenerse en 1.600 millones alrededor del año 2.050.
Antes de empezar a ver métodos coercitivos para reducir nacimientos, primero dejemos de exigir reproducción, y empecemos a permitir la autodeterminación. Si la libertad reproductiva fuera universal (si todos los que desean no procrear pudieran no hacerlo), el crecimiento de la población humana sería un poco más lento.
Incrementar el conocimiento también es necesario, para ayudar a todo el mundo a notar que la generación intencional de uno más de nosotros por cualquiera en donde sea no puede justificarse ecológica, política, económica ni egoístamente siquiera.
Hoy se necesita una combinación de libertad reproductiva y responsabilidad: libertad para evitar la procreación y responsabilidad para usar tal libertad.

P: ¿Debería controlarse la migración humana para ayudar a los ecosistemas terrestres?
Migración: el eterno tira y afloja
Afuera y adentro, inmigración y emigración: empleamos esos términos para indicar si la gente está yendo o viniendo, pero la distinción solamente refleja la subjetividad del observador. La gente que se muda hacia algún lado siempre sale de otro lugar: son inmigrantes y emigrantes al mismo tiempo.
Dentro de las fronteras de los países más libres, como los Estados Unidos, la migración depende principalmente de la economía y las preferencias personales. Sin embargo, entre los países las restricciones a la migración son muchas y frecuentemente caprichosas. Las leyes se defienden siempre a punta de pistola.
Se ha sugerido que incrementar estas restricciones reducirá el crecimiento poblacional y, por tanto, beneficiará al medio ambiente. Sin embargo, al ver la Tierra desde una perspectiva más amplia, digamos desde el espacio, se revela que todas esas líneas dibujadas arbitrariamente alrededor del planeta no ayudan a la biósfera como un todo.
Si uno de los métodos que escogemos para preservar los ecosistemas terrestres es dibujar líneas sobre el suelo y castigar a los que se paren sobre ellas, deberíamos dibujarlas alrededor de las reservas silvestres, como muchas naciones africanas están haciendo. Las restricciones a la inmigración son necesarias en los vestigios de naturaleza que quedan, en los frágiles ecosistemas que no pueden absorber más impacto humano.
Los límites a la expansión de áreas urbanas y suburbanas también ayudan a reducir la emigración hacia áreas menos dañadas. Las ciudades se sobrepoblarán hasta que bajen las tasas de natalidad, pero tal vez la natalidad baje a medida que la población de las ciudades vaya creciendo y la gente abandone la fantasía de "mudarse al campo" algún día.
La idea de restringir nuestra propia migración dentro de nuestras fronteras puede no tener el atractivo que tienen las restricciones a la inmigración de extranjeros, pero, por el bien de la Tierra, ésa es la dirección en que debemos migrar.
Naturalmente, el mejor control de la inmigración es el control natal.
[El control de la migración humana está más allá del rango de acción del VHEMT, por lo que las opiniones varían muchísimo entre los voluntarios y simpatizantes. La de arriba es mi opinión personal. Les.]

P: ¿Se podrán preservar los espacios verdes alrededor de las áreas urbanas con un crecimiento inteligente? Al igual que el desarrollo sostenible, el crecimiento inteligente es una contradicción. Los planificadores, constructores y activistas han estado discutiendo si sus ciudades deberían crecer o no. Ahora un número cada vez mayor está defendiendo no tomar ninguna de las dos vías. Dicen: "Si ahora somos más inteligentes, ¿por qué nos estamos volviendo tan densos?".
Los intentos de controlar la migración humana pueden preservar temporalmente las tierras de cultivo y los bosques, pero, mientras nuestra demanda de espacio vital siga aumentando, será sólo una medida temporal.

P: ¿Qué hay del derecho a tener hijos? ¿El VHEMT podría llegar a la coerción? Mientras discutimos legítimamente contra los métodos obligatorios para incrementar las tasas de natalidad, tengamos en mente que ya vivimos bajo obligación. Los derechos reproductivos no son respetados universalmente, así que ya tenemos coerción y un control involuntario de la población. Cientos de millones de parejas quieren evitar la concepción pero se les niega este derecho. ¿Dónde está el reclamo a esta violación?
Los defensores de los métodos obligatorios de control natal son tachados de "ecofascistas", mientras que los defensores de la paternidad obligatoria son llamados respetuosamente "pro-vida".
Aunque el VHEMT no apoya la restricción de las opciones reproductivas, la procreación irresponsable está restringiendo los derechos de todos nosotros: nuestro derecho a respirar aire limpio, tomar agua limpia, encontrar paz y tranquilidad, y muchos más. Estamos también detentando los derechos de otras especies al convertir sus hábitats en nuestros. Llevar a una especie a la extinción es el acto máximo del ecofascismo.
Cuando la procreación es un derecho que no se cuestiona, también garantizamos el derecho a procrear mano de obra esclavizada y condenar a alguien a vivir en un ambiente en rápido deterioro. Se podría decir, con argumentos sólidos, que actualmente la procreación es un maltrato infantil de hecho.
Ochenta millones de concepciones no deseadas ocurren cada año. 50 millones de ellas no llegan a su término, y, como resultado, entre 78 y 80 mil mujeres mueren anualmente por complicaciones en abortos inseguros: un rechazo irrazonable de derechos humanos básicos. Cada año, a unos 30 millones de personas se les niega el derecho a no nacer en una familia que no los quiere.
Los que amamos la libertad y nos damos cuenta de que nadie es libre mientras alguien sea oprimido seguiremos promoviendo la libertad y responsabilidad reproductivas universales.